jueves, 5 de noviembre de 2009

El machismo en la literatura V

“Mateo acababa de enterrar las latas vacías de las sardinas que les habían servido de alimento para todo el día. Se acercó a ella con la intención de pedirle que le hablara de Tensi. Pero al ver la energía con la que restregaba un pantalón, le habló de la suerte que tendría el hombre que se casara con ella.

―¿Por qué?

―Porque lo llevarás siempre la mar de limpio, chiquilla.

―Si te crees que yo voy a casarme para llevar limpio a mi marido estás tú bueno. El que quiera ir de limpio que se lave su ropa. No has aprendido nada de la República, Mateo, los tiempos de los señoritos se acabaron.

―Tú sí que estás buena, y eso sí que era un Gobierno de señoritos. No sé qué carajo me habían de enseñar a mí.

―Que los hombres y las mujeres somos iguales, a ver si te enteras.

―¿Iguales para qué, para lavar la ropa?

―Y para votar, por ejemplo, que para algo nos dieron el sufragio.

―Pero qué tendrá que ver una cosa con la otra, las mujeres no sabéis discutir, os escapáis por la rama aunque no haya ningún árbol cerca. Me he confundido, era un Gobierno de señoritas, y por eso os dieron el sufragio. Señoritas cargadas de miedo.

―¡Qué burro eres, Cordobés! ¡Qué burro!

Mateo se dio media vuelta y se alejó del recuerdo de Hortensia sin haberla recordado. Elvira era mujer, aunque pareciera un muchacho, y no se puede hablar con una mujer sin perderse en mitad de la conversación. Y menos, de política. Las mujeres quieren saberlo todo y se quedan en querer saberlo.”


La voz dormida, Dulce CHACÓN (2002)

domingo, 1 de noviembre de 2009

¡Rompamos clichés!

Bien, escribo esto porque acabo de leer un artículo en el segundo número de la revista RománTica’s, y me he quedado perpleja. Sorprendida, desagradablemente sorprendida. Me revienta que en pleno siglo XXI sigamos siendo tan convencionales y clásicos, y que repitamos con lo mismo que se llevaba en el siglo XVII, por lo menos. Parece que los gustos de las lectoras de novela romántica no han cambiado. El argumento siempre es el mismo, los perfiles del chico y la chica son siempre los mismos…

A ver, para que quede claro, porque estoy empezando a escribir de forma desordenada, y sin organizar mis ideas ni explicar nada, el artículo trataba sobre los gustos de las lectoras de novela romántica, sobre todo, en cuanto a protagonistas masculinos. Y las conclusiones a las que llegaba la autora del artículo eran que los hombres de estas novelas deben ser:

1. Ricos. Nada de chicos pobres, tienen que ser condes por lo menos, o si son modernos, banqueros, que les sobre el dinero.
2. Guapos. No valen los chicos feos, ni bajos, ni tontos. Tienen que ser físicamente perfectos.
3. Con experiencia sexual. Tampoco valen los vírgenes. Eso sí, las chicas no deben haber tenido ninguna experiencia previa, deben perder su virginidad con el protagonista. Él, en cambio, cuantas más relaciones haya tenido previamente, mejor.
4. Con un buen potencial genital. Relacionado, por supuesto, con lo anterior.
5. Sin ningún desperfecto físico. Es decir, nada de cojos, ciegos, bizcos ni nada por el estilo. Pueden haber pasado por muchas guerras, pero deben estar enteros.
6. De origen norteño. Precedentes del norte de Europa, o como mucho, de América del Norte. Nada de sudamericanos o de africanos.

Bien, después de leer estas conclusiones, sólo puedo decirle a la autora de este artículo que se deje de manías. Eso va también por todas las lectoras que sigan estos puntos a raja tabla, por supuesto. No digo que los protagonistas masculinos deban incumplir alguno u otro de estos preceptos, pero tampoco hay que ajustarse a esas reglas como si fueran un corsé. Porque, mirando, con una sola ojeada a estos mandamientos, mis conclusiones respecto a las lectoras de romántica es que son:

1. Clasistas.
2. Racistas.
3. Machistas.
4. Superficiales.

¿No ven que se lo ponen muy fácil a la crítica, de esta manera, para que tilde a las novelas románticas de cursilonas, machistas y fáciles? Respecto a las conclusiones que he sacado yo:

1. Vivimos en un mundo capitalista. Qué remedio.
2. Qué pena. ¿Son más guapos los rubios que los morenos, los de piel clara a los de piel oscura? ¿Cambia una mente según su procedencia?
3. Por favor, por favor, por favor. ¿Qué es esto de que en el siglo XXI aún nos rijamos por los clichés de la virginidad o no de los protagonistas? Si el chico tiene derecho a no serlo, la chica también, y viceversa. ¿Por qué siempre tiene que ser él el que lleve la voz cantante? ¡Luego nos quejamos de que hoy en día siguen la violencia de género y la discriminación sexual de la mujer! ¡No me extraña, si seguimos leyendo esos ejemplos!
4. Por favor. Está claro que vivimos en un mundo capitalista (¿lo he mencionado antes?) y de apariencias, que lo que importa es el físico, pero, ¿qué? ¿Tenemos que discriminar a todos los feos o qué? ¿Realmente el ideal masculino de estas lectoras es un hombre con un buen cuerpo y una cara bonita que las maltrate (aunque eso no se especifique en el curso de la novela, pero leyendo algunas de ellas, es previsible que, después de la boda final, el protagonista acabará apaleando a la chica)? ¿realmente somos tan inmaduros que sólo sabemos apreciar el físico y no sabemos ver más allá?

En fin, no sé qué más decir. Me gustaría pedir que las novelas cambiaran, que las autoras dirigieran sus obras a un público más moderno, ¿pero qué caso tiene? En todo caso, yo siempre rezaré porque algún día la novela romántica aparezca como algo moderno, sin discriminaciones a la mujer, y aceptado por la crítica. ¡Que alguna autora nos salve del régimen autoritario que se sigue en este género, por favor!

Un mundo extraño

Artículo publicado en la revista local Garbuix (número 82):

“Sé que, para muchos, puede sonar curioso, pero en un pasado muy próximo existió un mundo diferente. Un mundo donde la gente dejaba sus bicicletas en la calle, apoyadas en cualquier árbol, sin ningún tipo de cadena ni de candado, y nadie las tocaba, y donde los vecinos de la escalera, por poco que se conocieran, se saludaban sonrientes al encontrarse. Un lugar donde el dinero era, para mucha gente, algo que ayudaba a tirar adelante y no una obsesión posesiva y enfermiza. Un mundo donde, como norma general, el abuso y el egoísmo eran cosas propias de seres muy aislados. Y a consecuencia de esto, el precio de las cosas tenía un valor justo. Un lugar donde, sin ir más lejos, el precio de un piso modesto representaba, en el peor de los casos, el equivalente a 100 mensualidades de un sueldo medio, y no el equivalente a 300 sueldos, como pasa hoy.
Existió un mundo donde era totalmente impensable que el partido político con más indicios de presuntas tramas delictivas resultara el favorito para los electores en las encuestas sobre el voto.
Un mundo extraño donde la cultura era un lujo, algo buscado, por lo que la gente pagaba, e incluso se presumía de su búsqueda sin caer en el esnobismo. Donde los propietarios de las cadenas de radio compraban los discos que iban a pinchar posteriormente, en función de la calidad, en vez de recibir dinero para pinchar lo que dictara alguna empresa (¿soborno encubierto?). Un mundo donde la publicidad era un bello y creativo accidente del paisaje, en vez de resultar una losa asfixiante y omnipresente que eclipsa todos los horizontes.
Un lugar donde la emisión de los programas de televisión tenía una intención lúdica pero también pedagógica, y donde nunca se retiraba un programa a la tercera emisión por carencia de audiencia. Y donde, por supuesto, en ninguno de esos programas se podía oír una expresión como “a ti lo que te pasa es que eres una hija de la gran puta”, porque una frase así habría sido noticia en la primera página de todos los periódicos, y el director de la cadena tendría que haber pedido disculpas de forma pública, o haber presentado su dimisión.
Existió un mundo donde los medios de comunicación no olían a partidismo o, en todo caso, éste era bastante discreto. Donde la vinculación y la dependencia entre partidos políticos e ideología arraigada era mucho más visible que la vinculación entre éstos y el empresariado.
En las últimas décadas, nuestra sociedad ha mejorado en muchos aspectos, sobre todo en el terreno de las libertades: libertad de pensamiento, libertad de expresión, libertad sexual… La igualdad entre hombres y mujeres, y la progresiva laicidad de nuestro entorno también han supuesto grandes adelantos en el terreno de las libertades. Pero aun así, no sé… De vez en cuando, aún sueño con ese mundo extraño que vi, con tantas cosas maravillosas, y me entran ganas de volver allí.
Me voy a dormir, que ya es tarde y me debo de estar haciendo mayor. Buenas noches.”

lunes, 5 de octubre de 2009

Jane Eyre - artículo


Artículo publicado en la revista RománTica's:



"He abierto mi particular cápsula del tiempo y entre los muchos libros que llevaban guardados allí más de veinte años, estaba uno que me inició en la andadura de la novela romántica.


Jane Eyre es sin duda alguna una de las mejores novelas costumbristas del siglo

XIX. Publicada en el año 1847 por la editorial Smith, Elder & Company, esta novela salió a la luz bajo el pseudónimo de Currer Bell.


(…)


Las más de 500 páginas que tiene no son sino una magistral fuente de sentimientos encubiertos bajo caracteres muy dispares entre sí. Si Jane reúne en su corazón la bondad y la paciencia propias de su carácter sosegado, el señor Rochester oculta un corazón amargado por un pasado complejo que solo la dulzura y el corazón puro de Jane va a saber curar.


Llevada al cine en varias ocasiones y adaptada también a la televisión en una miniserie por la BBC, volverá a la gran pantalla con un guión adaptado por Moira Boffini y de la mano de un director aún por confirmar, pero será Ellen Page (protagonista de Juno) la encargada de volver a dar vida a tan emblemático personaje. Una entrañable joven que, con su carácter bondadoso y apacible, resultado de unas vivencias y unas enseñanzas rígidas en un colegio de caridad, Lowood, es capaz de hacer volver a creer en el amor a un hombre al que todo en la vida le importa un árdite.


Sin duda las dos versiones más afamadas son las de 1944, donde Joan Fontaine interpreta a la Srta. Eyre y el propio Orson Welles encarna al Sr. Rochester, y la de 1996, con William Hart y Charlotte Gainsborough en los papeles principales, y donde no podemos olvidarnos de la oscarizada Anna Paquin en el papel de la joven Jane.


(…)


Bajo un lenguaje rico y pausado, la srta. Brontë nos dirige por un camino largo y sinuoso no desprovisto de fe y ciertamente respeto, compresión y amor. El amor de una joven que no tiene nada en la vida salvo a sí misma. Despreciada por sus parientes y recluida en una escuela de caridad, la joven Jane solo encuentra apoyo en otra chica de salud frágil en esta institución. Matadas de hambre y encorsetadas en una estrecha disciplina bajo la supervisión del sr. Brocklehurst, la joven Jane creará un carácter firme bajo la apariencia de una dulce criatura.


(…)


Sin duda alguna, pocas veces una pluma ha sido dirigida por tan hábiles dedos ni mente más despierta. Una obra como Jane Eyre debería estar en cualquier biblioteca romántica que se precie."

sábado, 3 de octubre de 2009

Anti religión


O mejor dicho, no es en contra de la religión, sino del provecho que sacan de ella las personalidades con poder... He ahí una de éstas, de hecho una de las principales, conocida en todo el mundo cristiano y no cristiano:

jueves, 10 de septiembre de 2009

Escenas románticas literarias XIII

“Hannah sintió compasión por Emmeline entonces, pero también sintió algo más. Se odió a sí misma al darse cuenta de que era alivio.

―¿Qué pasa? ―dijo Robbie.

Estaba muy cerca. Hannah se preguntaba cuándo se había movido para estar tan cerca de ella.

―Estoy preocupada por Emmeline ―dijo Hannah, retrocediendo un poco, con una pierna rozando el sofá―. Cree que sus sentimientos por ella son más de lo que realmente son.

―¿Y yo qué puedo hacer? ―dijo Robbie―. Ya le he dicho que se está equivocando.

―Debe dejar de verla ―dijo Hannah con calma―. Dígale que no le interesan sus fiestas. Seguro que no le supondrá un gran dolor. Usted mismo ha dicho que tiene muy poco de qué hablar con sus amigos.

―No, es cierto.

―Entonces, si no siente nada por Emmeline, sea sincero con ella. Por favor, señor Hunter, termine con esto. Si no lo hace, le hará daño y yo no puedo permitir eso.

Robbie la miró. Extendió el brazo y, suavemente, le recogió un mechón de pelo que se le había escapado de su peinado. Ella se quedó helada. Sólo era consciente de la presencia de él, sus ojos oscuros, la calidez de su piel, sus labios. Estaba muy cerca ahora. Hannah era consciente de su respiración, la podía oír, la sentía sobre su cuello. Él habló con delicadeza.

―Lo haría ―dijo―, en este mismo instante. ¿Pero cómo la vería a usted entonces?”


MORTON, Kate: La casa de Riverton (2007)

domingo, 23 de agosto de 2009

El machismo en la literatura IV

“Teddy trabajaba duro y Hannah hizo un esfuerzo para complacerlo. Asistía a las fiestas y charlaba con las esposas de los hombres de negocios y las madres de los políticos. Entre los hombres el tema de conversación era siempre el mismo: el dinero, los negocios, la amenaza de las clases bajas. Simion, como todos los hombres de su tipo, sospechaba especialmente de aquellos a quienes él llamaba “bohemios”. Teddy, a pesar de sus mejores intenciones, se acercaba cada vez más a sus ideas.

A Hannah le habría gustado hablar de política de verdad con los hombres. A veces, cuando Teddy y ella se habían retirado por la noche a sus habitaciones contiguas, mientras yo la peinaba, Hannah le preguntaba qué se había hablado sobre la declaración de la ley marcial en Irlanda. Teddy la miraba con una sonrisa cansada y le decía que no preocupara su linda cabeza con esas cosas, para las que ya estaba él.

―Pero quiero aprender ―decía Hannah―. Me interesa.

Teddy negaba con la cabeza.

―La política es un juego de hombres.

―Déjame jugar ―replicaba Hannah.

―Ya estás jugando ―respondía él―. Somos un equipo, tú y yo. Tu trabajo es tratar a las esposas.

―Pero es aburrido. Son aburridas. Yo quiero hablar de cosas importantes. No entiendo por qué no puedo.

―Oh, querida ―decía, simplemente, Teddy―. Porque éstas son las reglas. Yo no me las inventé, pero tengo que respetarlas.”


MORTON, Kate: La casa de Riverton (2007)

jueves, 9 de julio de 2009

El machismo en la literatura III

“Se acordaba de Nívea, la madre de Rosa, quien después que su marido renunció a la política, aterrado por el aguardiente envenenado, inició su propia campaña política. Se encadenaba con otras damas en las rejas del Congreso y de la Corte Suprema, provocando un bochornoso espectáculo que ponía en ridículo a sus maridos. Sabía que Nívea salía en la noche a pegar pancartas sufragistas en los muros de la ciudad y era capaz de pasear por el centro a plena luz del mediodía de un domingo, con una escoba en la mano y un birrete en la cabeza, pidiendo que las mujeres tuvieran los derechos de los hombres, que pudieran votar y entrar a la universidad, pidiendo también que todos los niños gozaran de la protección de la ley, aunque fueran bastardos.
—¡Esa señora está mal de la cabeza! —decía trueba—. Eso sería ir contra la naturaleza. Si las mujeres no saben sumar dos más dos, menos podrán tomar un bisturí. Su función es la maternidad, el hogar. Al paso que van, cualquier día van a querer ser diputados, jueces ¡hasta Presidente de la República! Y mientras tanto están produciendo una confusión y un desorden que puede terminar en un desastre. Andan publicando panfletos indecentes, hablan por la radio, se encadenan en los lugares públicos y tiene que ir la policía con un herrero para que corte los candados y puedan llevárselas presas, que es como deben estar. Lástima que siempre hay un marido influyente, un juez de pocos bríos o un parlamentario con ideas revoltosas, que las pone en libertad… ¡Mano dura es lo que hace falta también en este caso!”

ALLENDE, Isabel: La casa de los espíritus (1982)

Descubrir la libertad enterrada

Artículo escrito en el Avui del día 8 de julio de 2009 por Borja Franco Garzón:

“ “Se apreta alrededor de la cabeza y te duele mucho. Es muy cerrado, y deja pasar tan poco aire que pronto empiezas a sudar. Además, tienes que estar muy atenta a por dónde caminas, porque no te ves los pies”. Así describe la escritora Asne Seierstad el burca, una prenda de ropa que sólo permite a las mujeres ver a través de una ventanilla.
Entre 1996 y 2001 todas las mujeres afganas estaban obligadas a ir con burca, símbolo de la discriminación del gobierno talibán, que se basaba en una interpretación muy estricta de la chara (ley islámica). El velo integral escondía a la mujer en una prisión ambulante que asfixiaba sus derechos y su libertad.
Al deber de llevar el burca se añadían muchos otros, como el hecho de no poder salir solas a la calle, no poder ir a la escuela ni a trabajar, no poder maquillarse (era un símbolo occidental), no poder reír en voz alta ni aparecer en la radio o la televisión. La que vulneraba estos requisitos era castigada física y verbalmente.
“La situación ha cambiado respecto a aquella época porque ahora los hombres y las mujeres son iguales ante la ley”, afirma Orzala Ashraf, activista afgana (…). “Pero en la práctica las mujeres siguen estando muy discriminadas”.
Las cifras del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para las Mujeres (UNIFEM) lo constatan: Afganistán es el penúltimo país en el índice de desarrollo femenino. El 87% de las mujeres son víctimas de violencia, el 85% son analfabetas, y el índice de mortalidad materna es el segundo más alto del mundo.
“El problema es que Afganistán es un país básicamente rural que tiene muy en cuenta la tradición”, explica Mònica Bernabé, directora de la Asociación para los Derechos Humanos en Afganistán (ASDHA). Asimismo, por ejemplo, la mayoría de los matrimonios son arreglados, y la familia de la mujer es la que escoge al marido, que tiene que pagar una dote.
“Esto hace que los hombres piensen que la mujer es suya y que pueden hacer con ella lo que quieran”, señala Bernabé. También impulsa las familias, que necesitan dinero, a casar a sus hijas muy pronto (el 57% se casan antes de cumplir los 16 años).
ASDHA nació a raíz de un viaje que hizo Mònica a Afganistán durante la época de los talibanes. Visitó casas privadas de la capital, Kabul, que servían como escuelas clandestinas para mujeres. (…) Actualmente trabajan con mujeres drogodependientes y mujeres que están en la cárcel: “Muchas de las presas han sido inculpadas por delitos que no han cometido” explica Mònica, “ya que el marido puede acusar a la mujer de un crimen perpetrado por él y puede denunciarla por adulterio si pasa una noche fuera de casa, o incluso si ha sido violada”, concluye.
(…)
La herencia de tres décadas de conflictos y la mentalidad conservadora de la sociedad dificultan la liberación y el apoderamiento de la mujer, que, si bien ha mejorado su posición en la esfera pública, sigue estando muy discriminada y menospreciada en el ámbito privado.”

Escenas románticas literarias XII

“Para el final había la escena de la boda. El capitán había cedido y había permitido que Alyona se casara con el oficial. Los recién casados se miraban, y los otros bebían vodka.
—Nunca me voy a casar —susurró Tariq.
—Yo tampoco —dijo Laila, pero no antes de un momento de duda y de nervios. No quería que su voz delatara su decepción por lo que él había dicho. Con el corazón al galope, añadió, más convencida que antes: —Nunca.
—Las bodas son estúpidas.
—Todos los preparativos.
—Y todo el dinero que se gasta.
—¿Para qué?
—Para ropa que nunca más volverás a llevar.
—¡Ha!
—Si algún día me caso —dijo Tariq—, tendrán que hacer espacio para tres personas: yo, la novia, y un tío que me esté apuntando con una pistola.
El hombre de la fila delantera los reprendió con otra de sus miradas.
En la pantalla, Alyona y su nuevo marido sellaron sus labios.
Mirando el beso, Laila sintió, de repente, que estaba llamando la atención. Se dio cuenta de inmediato de los golpes de su corazón, de la sangre agolpándose en sus oídos, de la presencia de Tariq a su lado, serio, quieto. El beso continuaba. Laila intentó no moverse ni hacer ruido. Sentía que Tariq la estaba mirando, con un ojo en el beso y el otro en ella, igual que ella lo estaba mirando a él. Se preguntó si estaría escuchando el aire que entraba y salía precipitadamente por su nariz, esperando la más mínima falta, una irregularidad reveladora, que traicionaría sus pensamientos.
¿Y cómo sería besarlo a él, sentir su pelo crespo de su labio cosquilleando sus propios labios?”

HOSSEINI, Khaled: Mil soles espléndidos (2007)

Fanatismo

Artículo escrito por Sebastià Alzadora en el periódico Avui, día 8 de julio de 2009:

“Si no estuviera, nos lo tendríamos que haber hecho construir con bastoncillos y un cordel. Hace un par de días, José María Aznar, de oficio expresidente de la España Grande, volvió a emerger de las profundidades abismales para transmitirnos un nuevo mensaje de buena voluntad. El hombre del bigote evanescente se dignó a referirse a la nueva ley de educación de Cataluña (LEC para los amigos) y afirmó que se trata de una normativa (…) “hija del fanatismo y del sectarismo”, y añadió que “agrede los derechos fundamentales de las familias y nos empobrece como sociedad, empezando por los que la sufren”. También afirmó que el propósito de la nueva ley no es otro que “erradicar la enseñanza del español en la escuela” y, por si no había quedado suficientemente clara su opinión sobre la cuestión, aún arguyó que “no nos encontramos ante un problema lingüístico, sino ante un problema de violación de los derechos de las personas. Nos encontramos ante un enorme error, que sobre todo pagarán muy caro los niños catalanes”.
Eso del sectarismo y del fanatismo, por si no se había entendido, iba por los partidos catalanes que han hecho posible la aprobación de la ley (PSC, ERC y CiU). Los de los derechos violados, querido lector, somos usted y yo, y sobre todo esos niños condenados a la hecatombe escolar sin piedad ni misericordia. Bien, en todo caso, se le tiene que agradecer al señor Aznar la claridad expositiva y, sobre todo, que acabe de decir aquello que a sus entusiastas camaradas de la prensa se les había quedado en la cabeza (…). En efecto, los periódicos adictos a la España eterna y ultramontana se habían limitado a denunciar que la LEC consumaba la secesión lingüística, o que alejaba Cataluña de España. Aznar habla directamente de violaciones de derechos de las personas, y de niños que mearán sangre. Siempre es un consuelo oír decir las cosas claras.
Aquí, de mientras, pensábamos que la LEC nacía para dar respuesta a los numerosos problemas que padece el sistema educativo catalán, y nos parecía bien que los tres partidos con más representación parlamentaria, tanto en el Gobierno como en la oposición, hubieran sido capaces de ponerse de acuerdo. Deben de ser los efectos del fanatismo, que nos ha cegado.”

viernes, 26 de junio de 2009

El machismo en la literatura II

“―¡Estoy tan harta de los jóvenes de hoy en día! ―exclamó, golpeando sin cesar las teclas―. ¡Pobres pusilánimes, incapaces de dar un solo paso fuera de las cancelas de papá, ni de acercarse siquiera a éstas sin el permiso y la protección de mamá! ¡Son unos seres tan dedicados a los cuidados de sus bonitas caras, sus blancas manos y sus menudos pies, como si un hombre tuviera algo que ver con la belleza! Como si la belleza no fuera la prerrogativa de las mujeres, ¡su esclavitud y su patrimonio! Reconozco que una mujer fea es una mancha en el hermoso rostro de la creación, pero en lo que atañe a los caballeros, que se preocupen de poseer simplemente fuerza y valentía. Que su lema sea: cazar y luchar. Lo demás no vale un comino. Éste sería mi lema si fuera hombre.”


BRONTË, Charlotte: Jane Eyre (1848)

Traducción de Elizabeth Power

jueves, 25 de junio de 2009

Marx y la crisis

Nunca lo había pensado, pero al parecer, la situación actual la predijo Marx 150 años atrás. Sí, sí, increíble pero cierto… Al menos, así lo dice Jostein Gaarder en El mundo de Sofía:


“―Hemos dicho que el capitalista tiene un gran excedente, y utiliza parte del mismo para modernizar la empresa. Pero también se lo gasta en clases de violín. Además, tiene que pagar los costes cada vez más caros de su mujer.

―Sin duda alguna.

―Compra maquinaria nueva, y necesita menos obreros.. Lo hace para aumentar el poder competitivo.

―Lo entiendo.

―Pero él no es el único que piensa así, lo que significa que el sistema de producción es en conjunto cada vez más eficaz. Las fábricas son cada vez más grandes, y se concentran cada vez en menos manos. ¿Qué sucede entonces, Sofía?

―Pues…

―Que se necesitan cada vez menos obreros, lo que significa que cada vez hay más gente en el paro. Por lo tanto, cada vez hay más problemas sociales. Estas crisis son un síntoma de que el capitalismo se acerca a su autodestrucción. Pero el capitalismo también tiene otros elementos autodestructivos. Cuando se sacan ganancias de los medios de comunicación sin que se consiga un excedente suficientemente elevado para mantener la producción a precios competitivos…

―¿Sí?

―¿Qué hace el capitalista, entonces? ¿Me lo puedes decir?

―No, creo que no puedo.

―Imagina que eres la directora de una fábrica. Tienes problemas económicos. No puedes comprar las materias primeras para la producción. Estás a punto de arruinarte. Mi pregunta ahora es: ¿qué puedes hacer para ahorrar?

―¿Bajar los salarios, quizás?

―¡Muy lista! Sí, realmente, esto es lo más inteligente que podrías hacer. Pero si todos los capitalistas fueran tan listos como tú (y, de hecho, lo son), los obreros serían tan pobres que no podrían comprar nada. Decimos que baja el poder adquisitivo. Y entramos en un círculo vicioso. “A la propiedad privada le ha llegado la hora”, diría Marx. Nos hallamos a las puertas de una revolución.

―Lo entiendo.

―Dicho de otra forma: el proletariado se subleva y pasa a ser el propietario de los medios de producción.”


Sólo un comentario al respecto: ¡qué lástima que Marx sólo acertara con la primera parte, y no con las consecuencias! ¿Por qué, ante la crisis que estamos viviendo, todo el mundo se queja y nadie se enfrenta a los verdaderos causantes de la misma?

El machismo en la literatura I

Igual que saqué el apartado de “Escenas románticas literarias”, ahora saco éste nuevo, titulado “El machismo en la literatura”. Colgaré fragmentos literarios que ilustran el machismo que ha existido a lo largo o que existe todavía en muchos países, porque la igualdad de las mujeres con los hombres, al igual que la de todas las clases sociales y las etnias, debería ser uno de los máximos objetivos de la humanidad.


“Sacó un burca de color azul celesta del saco. Los metros de tela con pliegues le iban hasta las rodillas cuando la levantó. Le mostró el burca y la miró.

―Tengo clientes, Mariam, hombres, que traen a sus esposas a la tienda, y ellas van descubiertas, me hablan directamente, y me miran a los ojos sin pudor. Van maquilladas y llevan faldas hasta las rodillas. A veces incluso ponen sus pies delante de mí, sí, sí, me los ponen delante para que se los mida, y sus maridos se quedan allá mirando. Lo permiten. ¡No les molesta que un desconocido toque los pies descalzos de sus esposas! Creen que son más modernos así, que son intelectuales, por la educación que han tenido, supongo. No se dan cuenta de que así está mancillando su nang y su namoos, su honor y su orgullo.

Movió la cabeza.

―La mayoría viven en las partes ricas de Kabul. Ya te llevaré allí y los verás. Pero también están aquí, Mariam, en este mismo barrio, estos blandengues. Hay un profesor que vive en esta calle, Hakim se llama, y todo el día veo a su esposa Fariba por la calle, sola, con nada más en la cabeza que una bufanda. Me da vergüenza, francamente, ver un hombre que ha perdido el control de su esposa.

Miró fijamente a Mariam con ojos severos.

―Pero yo soy otro tipo de hombre, Mariam. De donde vengo, una sola mirada, una palabra impropia, y allí hay sangre. De allí donde vengo, la cara de una mujer es sólo asunto de su marido. Quiero que lo recuerdes. ¿Lo has entendido?”


HOSSEINI, Khaled: Mil soles espléndidos (2007)

martes, 23 de junio de 2009

Revisión de la historia

Carta enviada por Santi Mora, de Barcelona, publicada en el periódico Avui, el día 22 de junio de 2009:


“Aquí, en España, hey gente reticente y contraria a hacer una revisión de los hechos históricos junto con sus muertos para recobrar el verdadero sentido de aquello que nos ha pasado y podernos construir un futuro con unos fundamentos sólidos basados en la reflexión profunda de nuestros males o errores. Por eso hay que mirarlos cara a cara sin rehuirlos, ya que negar nuestra historia implicaría negarnos como país, además de cegarnos, de no poder soportar el vernos tal y como somos, principio de madurez y de toda acción franca. Y nosotros no hemos hecho el trabajo prometeico de sacar a la luz las oscuridades de una guerra civil en la que el terror y la muerte infligían un golpe duro a la vida en todos los sentidos. Aquí parece que escogimos el camino de la mortificación, de hacer de España un inmenso campo de concentración, y un laboratorio de pruebas donde se preparó la Segunda Guerra Mundial. Aquí el fascismo y el comunismo se encontraron en un mismo especio e hicieron pruebas de fuerza. Dos elementos que, aunque no eran únicos, constituían un campo de energías y de fuerzas donde las acciones y las reacciones configuraron un mundo nuevo donde no sólo se ponía a prueba la resistencia de las mentalidades, sino que una mentalidad negaba, anulaba y suprimía la otra. El resultado fue una carnicería. Tenemos que aprender de Europa (…). Sólo con este trabajo ha sido posible la reconciliación de los europeos.”

La entrevista imposible

Mi propia entrevista ficticia:

Gracias, Amy, por concedernos esta entrevista y contestar todas las preguntas que te han realizado las chicas del foro.

1 ¿Los sueños se hacen realidad? ¿Cuánto tiempo llevas escribiendo novelas románticas y cuánto ha pasado desde que comenzaste a escribir hasta ahora que has ganado el premio Terciopelo?


Aún no lo he ganado, y no sé si lo voy a hacer, jejeje. Eso ya lo decidirán las circunstancias y los jueces del premio. Llevo escribiendo novelas románticas (de hecho la única novela romántica que tengo terminada) desde los 16 años, y mira, han pasado dos años entre que empecé a escribirla y que la presenté a la editorial Terciopelo.


2. Cuando escribías para el foro, ¿te servían nuestras opiniones, y nuestros gustos a la hora de hacer la novela? ¿Has rectificado alguna novela cuando ya la tenías escrita, al tener en cuenta nuestras opiniones?


No, yo no escribo novelas para foros, las escribo para mí, porque a mí me gusta. De hecho, si no fuera porque no tengo dinero ni medios para hacerlo, yo misma publicaría mi novela y la presentaría a las librerías. Ante todo, una novela no es del público, es del autor, y si a alguien no le gusta algún giro del argumento, peor para él. La novela es una creación del autor, y los acontecimientos en la misma tienen que surgir de él, no del público.


3. ¿De qué va la novela? ¿Es histórica? ¿Por qué debo comprar tu novela?


La novela va de una muchacha, Lisette, que, siendo bastante pequeña, escapa del castillo de sus padres con su mejor amigo, y del camino que sigue a partir de ahí hasta conocer el amor verdadero. De ahí el título y la referencia a una “odisea”. No es histórica, pero sí es de época.

El libro no lo tienes que comprar, por supuesto. Que lo compre quien quiera, para regalarlo o para leerlo. A mí personalmente me gusta mi novela, pero comprendo que a no todo el mundo le suceda lo mismo.


4 ¿Cuáles son las autoras qué más te han influido? ¿Por qué una novela histórica?


Mis autoras favoritas son las hermanas Brontë, Danielle Steel, Isabel Allende y Caridad Bravo Adams. Claro que siempre puedo descubrir más autores que me influyan, pero por ahora, éstas son las principales. Y repito, mi novela no es histórica, es sólo de época. La diferencia es esencial: no hay en ella acontecimientos históricos de ningún tipo, y todos los personajes son ficticios, que no reales.


5 ¿Cuesta mucho que te publique una editorial por el hecho de ser escritora española? Tu próxima novela ¿piensas escribir en la misma época o piensas cambiar?


La editorial Terciopelo organizó una convocatoria, y yo me presenté. Luego, que los jueces de la misma lean mi novela y dictaminen si la deben publicar o no. Supongo que mis posibilidades son mínimas, pero… confío en el destino y no pierdo las esperanzas.

Mi próxima novela ya la estoy escribiendo. También está ambientada en Francia, pero el ambiente es muy diferente del de La Odisea del Amor. La acción de la novela sucede en París, durante el siglo XVIII y principios del XIX, o sea que incluye los acontecimientos de la Revolución Francesa.


6 ¿Por qué es tan crítica consigo misma y le da tantas y tantas vueltas a sus novelas hasta que las enseña al mundo?
Y también que aproveche la ocasión para hablarnos de su autora favorita: Danielle Steel


Es muy importante ser crítica con una misma. No pretendo alcanzar la perfección, ni mucho menos, pero sí hacer mi novela lo mejor posible. No sigo consejos de aficionados, porque la novela es mía y las ideas referentes a la misma deben serlo también, pero, una vez terminada de escribir, la releo, para rectificar las faltas de coherencia o lo que no me acaba de gustar. Es habitual, cuando escribes una novela larga, que se te cuele algo que carece de coherencia o de sentido, por haber olvidado algún hecho anterior importante en la misma o por haber dado un giro que no me esperaba.

Sobre Danielle Steel, tengo poco que decir. Me gusta porque escribe de forma sencilla, nada complicada, y sin embargo, sus historias son maravillosas. Transmiten sentimiento y no caen en los típicos tópicos de protagonista femenina tonta y cursi o protagonista masculino héroe musculado, fuerte y con dificultad para expresar sus emociones. No sé, sobre todo, supongo que son las historias sencillas a la vez que bonitas.


7 ¿Ya tienes en mente otra historia?
Cuando tú eres la lectora ¿prefieres histórica o moderna?


Sí, ya he dicho, estoy escribiendo una novela ambientada en la Francia del siglo XVIII. Y también estoy empezando a crear otra, simultáneamente, ambientada en la Rusia de los zares. Sobre las historias, poco puedo desvelar.

Y como lectora, prefiero histórica. Pienso que las otras épocas, al sernos desconocidas, son fuente de mayor inspiración. Me imagino los salones, los castillos, los vestidos de las mujeres… para mí, la cotideanedad o el día de hoy son demasiado aburridos para ambientar una historia de amor en ellos, aunque nada es descartable.


8 ¿En qué se inspira para escribir sus magníficas escenas hot?
¿Piensas escribir algo ambientado en España?


No escribo escenas hot. No es algo que a mí me guste escribir. Yo soy autora de novela romántica, no erótica. Sí es verdad que puedo incluir alguna escena de sexo, pero muy, muy sutil y sumamente romántico. De sexo sin amor hablo muy poco. Pienso que la cuestión es escribir sobre amor, y no sobre sexo.

Sobre lo de novelas inspiradas en España, tengo una en mente (sí, tengo varias en mente a la vez, jejeje), una ambientada en la guerra civil española, con una chica que sufre sus consecuencias. Pero no diré nada más sobre el asunto hasta que esa novela no esté escrita o por publicar, para lo que todavía falta tiempo.


9 ¿Qué caracteriza a los personajes de tu novela?


Suelo crear a los personajes femeninos siguiendo mi ideal de cómo deberían ser, o como deberíamos ser en general las mujeres, vaya. Las hago sensibles, románticas, pero también valientes. Para hacer niñas tontas, mejor no las hago. La cuestión está en que tengan un poco de carácter para darle jugo a la historia.

Y por lo que se refiere a los protagonistas masculinos, supongo que son mi ideal de hombre, jeje. No, en serio, los hago románticos y sensibles también, capaces de arriesgarlo todo por amor. Muy típico, vaya, yo misma lo reconozco, pero no podría hacerlos diferentes.


9 ¿Creaste primero los protagonistas y en torno a ellas el argumento o del argumento nacieron los protagonistas? ¿Tenías claro lo que querías escribir o simplemente empezaste con una ligera idea y todo fue surgiendo? ¿Qué es lo que más satisfacción te ha reportado durante la escritura de la novela?


Buff… Supongo que primero creo la historia, y de ahí salen los protagonistas. Y mis historias suelen empezar con una idea muy simple, que luego voy ampliando hasta convertir en la novela completa. Pero, aviso, la mayoría de cosas que suceden en mis novelas, no están decididas desde el principio. Ésa es la forma de sorprenderme a mí igual que podría sorprender al lector. Una forma de leer mi propia novela, vaya.

¿Lo que más satisfacción me ha reportado? Si te digo que me emociono cuando los protagonistas se confiesan su amor y se entregan el uno al otro, ¿me creerías? Puede parecer muy cursi, pero eso es para mí lo mejor de escribir una novela romántica: las emociones que transmite.


10 ¿Qué fue lo primero que pensaste y en quien cuando te enteraste de que habías ganado el premio?


Aún no lo he ganado, pero sería una grata satisfacción si lo hiciera.


11 ¿Van a modificar algo de tu obra?


En caso de que mi novela resultara ganadora, me disgustaría que le hicieran cambios, porque mi novela es tal y como yo la he creado, no tal y como la editorial quiere venderla. Es una lástima que el arte esté hoy en día en manos de las empresas, cuando en realidad es algo íntimo, y propio únicamente de los autores. Podría aceptar algún retoque, pero nada más. Hay acontecimientos de la novela que pueden parecer nimios pero que para mí son sumamente importantes.


12 ¿Dónde y cómo te viene la inspiración? Por ejemplo ¿Necesitas ponerte delante del ordenador y te va saliendo la historia, o que estas haciendo cuando te viene la inspiración?


No, a lo mejor estoy un día en el tren y me surge la inspiración. Es algo imprevisible y me va por temporadas. Hay épocas, como la actual, en las que no estoy nada inspirada, y otras en las que no estoy nada concentrada por estar todo el día pensando en lo próximo que sucederá en la novela. Pero no, la inspiración nunca surge a base de ponerme delante de la pantalla, no.


13 ¿Qué es lo más difícil para ti: el principio, cómo empezarlo, o como terminar la historia de forma que todo encaje?
¿Por qué te has decidido a escribir literatura romántica? ¿Has escrito algo en otros géneros?


Para mí lo más difícil es el final. De hecho, voy a decirte algo, que sí, es contradictorio con lo que decía anteriormente sobre el poder de creación del autor. Mira, cuando estaba terminando de escribir mi primera novela, La Odisea del Amor (la que presenté a la convocatoria de Terciopelo), escribí en un foro de telenovelas que suelo frecuentar si preferían finales felices e idealistas o desdichados y realistas, y todos me dijeron que, aunque pareciera muy típico, preferían los finales felices. Pensé que los consumidores de telenovelas tenían mucho en común con los de novela romántica, así que seguí el consejo, e hice que la novela terminara bien. De hecho, yo misma estaba dudando, porque yo también me habría decepcionado si hubiera hecho que los dos personajes principales murieran, como tenía planeado.

¿Por qué novela romántica? Es mi género favorito. Todo el mundo habla de amor, por lo que yo no entiendo por qué los críticos le dan tanto la espalda a este género. A mí lo único que me inspira es este género y este tema. Por ahora, no podría escribir otro género.


14 ¿Te van a publicar con tu nombre o con pseudónimo, como parece que siempre hacen?, ¿Varía mucho la novela a la que escribiste en un principio?, ¿te han hecho poner o quitar escenas, páginas?, ¿has sido tú la correctora (si es que has corregido algo)?


Como ya he dicho antes, aceptaré las correcciones, pero sólo las mínimas. Nada de transformar la novela que yo había escrito en un principio en una nueva. Mi creación es mía.

Y con respeto a lo del pseudónimo, sí, yo prefiero que me publiquen con un nombre falso, porque soy muy tímida y no quiero que mi nombre real salga a la luz, jeje.


15- Yo quisiera saber si estabas pensando en alguien en particular cuando has escrito sobre los protagonistas, él y ella. No sé si me explico, si te has inspirado en una hermana, en algún compañero de trabajo, en una vecina...


Nada que ver. Las imágenes de los personajes las tengo en mi mente, pero no me he inspirado en nadie en particular. Tal vez he cogido rasgos de varios personajes del mundo de los famosos, pero no me he basado en nadie en especial. El caso es que los visualizo y no me recuerdan a nadie en concreto.


16 ¿Has sido autodidacta o has hecho algún cursillo o carrera para aprender a escribir tus novelas?


No. Pero que no lo haya hecho no significa que no lo haga. Puede que publiquen mi novela, pero eso no significa que ya sea una autora profesional. Por eso es que quiero seguir formándome y perfeccionarme, y estoy pensando en apuntarme a algún cursillo que me ayude a mejorar mi escritura.


17 ¿Lo primero que escribiste fue una novela extensa? ¿O por el contrario comenzaste con relatos cortos? ¿Cuándo te diste cuenta de que tu verdadera vocación era esta y comenzaste a escribir?


Escribo desde muy pequeña, y entonces, ya con los cuentos que hacía, me decían que redactaba muy bien. Modestia aparte, lo siento. El caso es que siempre he querido ser escritora y esta idea se ha ido moldeando en mi cabeza hasta llegar a la conclusión de que quería ser autora de novela romántica. Esto fue cuando tenía trece años, que fue cuando empecé a escribir foronovelas. Luego, a los 16 empecé con las novelas románticas… y hasta hoy.


18. Al parecer tendrás que realizar la promoción del libro, supongo que te
harán fotos y entrevistas. ¿Has pensado en ello, como crees que vas afrontar ese mundo?


Me da horror, pero lo voy a enfrentar, porque es el precio que hay que pagar por publicar una novela. Pero como para mí esto es tan gratificante, no tiene precio y me enfrentaré a los medios de comunicación. Tendré que aprender a hablar en público y delante de las cámaras, pero si no era ahora, otro día tendría que ser, ¿no?


miércoles, 17 de junio de 2009

Catalán-valenciano

Carta enviada por un tal F.M., de Llavaneres, al periódico Avui, publicada en el mismo el día 5 de junio de 2009:


“A propósito del escándalo que ha causado el hecho de que la Comunidad Europea (con presiones de la Generalitat Valenciana incluidas) hiciera una versión del mensaje institucional para incentivar el voto en la variante valenciana del catalán (la hablada, porque la escrita es exactamente igual), quizás sería mejor que todos le pusiéramos un poco de entendimiento y le diéramos la vuelta: cualquier variante o dialecto del catalán nos debe parecer correcto; es más, ¿a qué se debe el pensar que la más correcta es la que se expresa en el estándar “barcelonino”? Deberíamos hacer una manifestación pública porque tanto derecho tiene una variante como la otra y, por lo tanto, no sólo sería conveniente, sino recomendable, que los de la Generalitat de Cataluña aceptáramos que la Comunidad Europea hiciera una única versión catalana: en la variedad valenciana. Y cuando haga falta, en la mallorquina, pero una única versión. Si la unidad de la lengua es un hecho, y lo es, tenemos que aceptar que la variedad valenciana pueda ser también de referencia.”

Barça anticrisis

Carta enviada por Carla Manzanas, de Barcelona, al periódico Avui, publicada en el mismo el día 3 de junio de 2009:


“Desde hace un mes, aproximadamente, todo el mundo habla de lo mismo. No, no se habla de los millones de parados que hay, ni de la liquidez de algunos bancos, ni del financiamiento. Todo el mundo habla del Barça, el Barça y el Barça. Todos e ha vuelto azul y grana. Las televisiones, la radio, la prensa (deportiva y no). Todos se han teñido con los colores culés. Copa y Liga, y también la Liga de Campeones. Y si el FC Barcelona se va a Roma, todo el mundo se va con ellos. Da igual si somos un programa de cultura o de economía. Nos vamos a Roma y nos montamos el chiringuito allí. ¿O es que el Barça no tiene nada que ver con la economía o la cultura? ¿Dónde han quedado las controversias con la ley del aborto, la píldora del día después…? ¿Qué importa eso ahora? El Barça ha ganado el trío y parece que, desde hace tiempo, es una de las pocas cosas que ha hecho sonreír a las personas que están pasando un mal momento económico, personal o de salud. Quizás deberíamos jugar más a fútbol o leer más poesía. Lo que está claro es sólo una cosa: ahora mismo, la única persona a la que obedecemos es a Pep Guardiola, porque es el único que cumplió con lo que prometió.”

jueves, 11 de junio de 2009

Desconfianza

Artículo escrito por José María Gamundi Planas, de Barcelona, en El Periódico de Catalunya, día 10 de junio de 2009:


“La gran mayoría de los ciudadanos de este país están cansados de tantas críticas y descalificaciones que se han hecho mutuamente PSOE y PP a lo largo de estas elecciones. No han explicado sus propuestas ni su programa político, y si lo han hecho, ha quedado diluido por los continuos ataques verbales entre los candidatos. En cada campaña electoral se nos pide el voto, y un día antes de las votaciones se suplica al ciudadano que no se abstenga de ir a votar.

Pero con sus actitudes, los políticos españoles la única cosa que consiguen es que haya más abstención y más desconfianza en su trabajo. Tienen el consuelo de que en el resto de países europeos pasa lo mismo, pero, si siguen así, al final sólo irán a votarlos sus familiares y amigos.”